…Oye¡¡ espera¡¡¡
Sentí como si se me fuera el último tren del día, como si se esfumara mi oportunidad dorada, como si se fuera mi globo por los cielos a sepa dios donde.
La gran desconocida por conocer era una chica bonita, un estilo desbordante de seguridad y personalidad tibia. Sus ojos eran dos pequeñas bolitas que adornaban su hermosa cara y ese lunar “cielito lindo”, junto a la boca, hacia más interesante el arriesgue por conocer a la chica del pelo a la altura de los hombros. El juego de sus pasos contrastaba con el temblor de mi boca cuando por primera vez me atreví a llamarla…
Solamente le dio tiempo de girar la cabeza, obedeciendo la timidez de mi voz, averiguando quien era el canalla que se avía atrevido a romper el compás de su cadera.
Di un paso al frente. Antes de que mi talón tocara el suelo me acorde de Joanna, mi primer chica. Éramos de secundaria. Su falda era corta y las calcetas le llegaban a las rodillas. Puberta de malos modales, en tercero ya fumaba y ya no había cuarto porque si no quien sabe que locuras adolecentes más cruzarían su cabeza desorbitada. Ella no era lista ni guapa, pero a los 15 años yo creía que podía terminar de solterón. Lo único bueno que saque de aquellas 3 semanas fue una cachonda mañana atrás de la cafetería, una suspensión del colegio, una tercia de besos y un as de lencería chiquita. Y a esa edad me supieron a gloria.
La chica del pelo corto, solo pudo aventar hacia atrás un mechón de cabello lacio que le estorbaba la vista. Así con ese movimiento coqueto de la chica recordé a Karina. Éramos preparatorianos, quizás fue mi primer amor. La quise lo suficiente como para regresar con ella después de que me había gritado q no me quería. Me humillo frente a toda mi banda, me aventó la soda en mi sweater, y me puse a llorar por mi primer gran desamor. Karina era una niña muy bonita, su risa contagiaba el ambiente que quisiera, en los buenos tiempos me la pasaba muy bien con ella. Pasaron los meses y me olvide de ella. Busque consuelo en otras bocas y a veces si lo encontraba a veces no. Hace poco me entere que se casó con uno de mis amigos de esa época. Ni hablar.
La chica del pelo corto giro la cabeza hacia la derecha tratando de conocer el rostro del pillo estropeador de caminatas por el campus. En ese momento mi mente se remonto a hace algunos años cuando Mari estaba en mi vida. Siempre que me acuerdo de ella me acuerdo de Dios. Y es que dios nunca se equivoca. Se que cuando la vida me trata mal es solo el bumerán que se me regresa, y es que esa chica me quería con locura. Pero a veces uno nunca sabe cuándo es lo mejor. Desde aquel entonces comenzaba mi carrera delictiva en cuestión de mujeres. Ya andaba según yo muy recorrido. Mary besaba muy bien. Creo que me dio miedo que un día se llevara mis dientes. Ese poder de succión tenía magníficos efectos…
La chica del pelo corto me miro con duda. Antes de que diera un paso más, Ximena se volvió en mi mente. Ella es una mujer con estilo, sabe dar un buen gancho al hígado cuando alguien no le agrada, más de una vez recibí una buena dosis de esos golpes. Pero como el buen pendejo que soy, me levantaba para recibir mas puñetazos a traición vista.Aún sigo sintiendo un gran cariño por esa mujer, y es que absurdamente después de toda la serie de lagrimas que me saco, nos convertimos en un par de buenos amigos, también absurdamente me ha contado de sus desamores mojando mi camiseta, y haciendo incomoda mi estancia en este mundo porque nunca me he sentido útil para dar consejos y decir… ya no llores, aun así conservo sus recuerdos, que son los mejores.
La chica del pelo corto me vio y su boca pinto una sonrisa cortés, sus ojos pasaron por mis converses verdes, mis mezclillas azules, mi playera de jaguares, hasta llegar a mi exuberante cabellera. Antes del forzoso caramelo del “hola” recordé a Cintia. Ella es una hermosa mujer, el verdadero prototipo del manual “como ser una mujer exitosa”, la mejor amiga cuando se lo propone y la más sensible cuando extrañamente llama al teléfono. Tiene unos ojos miel que con el simple hecho de verlos quede atraído por el sabor dulce-agrio-tormentoso-versátil, que solo una chica como Cintia había logrado. Aunque ella ya no estaba entre la lista de mis prioridades, logro poner en duda mi último paso hacia la chica del pelo corto. Pero al igual que su cabello, la vida es muy corta y no me interesa esperar a que sanen las heridas…
Comencé a sentir un ligero temblor en mis piernas como dijera el gran cerati en “cuando pase el temblor”. Tenía frente a mí a una muy hermosa musa, esperando con ansia que era lo que buscaba de ella. Mi mente corría de aquí para allá divagando respuestas, divagando resultados…
Ojala que sepa el nombre de la chica del pelo corto, ojala que algún día pueda estar en la lista de mujeres que han cambiado la vida de este pobre imitador de mi mismo, ojala que pueda besar ese lunar junto a su boca… un universo de sueños esta esperándome con ella… todo puede cambiar si me tira una bofetada que muy merecida la tendré… bien, aquí voy¡¡¡¡¡
-“HOLA”….
Oskar Klaudes.
4 comentarios:
CINTHIA
CINTHIA
nombre carnal, creo que eso de la retrospectiva amorosa es la ondota. un abrazo y asi es el bisne.
una cosa mas, creo que de vez en cuando hace bien recordar que somos el plagio de uno mismo. y la verdad es que no entendemos que debemos alejarnos de los problemas
Asi es. Gracias por comentar. Que bueno que te gusto! Te mando un Saludo...
Sabes, es buena la retrospectiva amorosa... así puedes aplicar con la que está en turno, lo que no aplicaste con las anteriores y asi.... bueno yo digo! ja! Saludos!
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