DERROCHE DE TINTA

Desde hace algunos meses, dos años ya, las letras nos han tomado por sorpresa mientras tomabamos una taza de cafe en la alameda. Asi comenzo el derroche, no pidio permiso, ni mucho menos opiniones, llegó y se incrusto en nuestras vidas para llenarlas de ese toque magico que dan las experiencias.

Nos llenó de esa tinta, que espero, nunca se deje de derrochar.

"Derroche de Tinta" es mi vida cotidiana, lo que pienso, lo que no había dicho, lo que nunca pense escribir, es la marquesina que cubre mi cabeza en medio de la tormenta.

Es la luz al final del tunel... es la esperanza que se cansó de esperar...

MUSICA PARA VIAJAR!!!!

jueves, 16 de junio de 2011

Fábrica de sueños. ( Con vocación de soñador)

Mi cama es una fábrica de sueños, aqui se maquilan de todos los colores y sabores.... algunos guajiros, algunos tontos, algunos que de vez en cuando se hacen realidad, unos cuantos frustrados, quimeras que me hacen huir a la cantina y hasta algunas fantasias sexuales que seguro algun día se cumplirán.

Mi cama es una fábrica de sueños, ven, me ajusto a tus necesidades. Yo puedo hacer unos cuantos a tu medida....

*****

Cuando nací, ya traía bajo el brazo mi vocación, solo una persona me ayudo a “encontrar mis habilidades” desde muy pequeño me enseño a trazarme una línea y hasta ahora sobre esa misma línea ando y ojala que nunca me desvié de ella.

De lo anterior me di cuenta cuando tenía como 5 o 6 años. Iba en primero o segundo grado de la primaria y estaba enamorado de mi maestra, una bonita joven profesora, alta, era a todo dar. Cuando salía de la escuela me valían madre los juegos, y me ponía hacer mi tarea. “muy responsable el muchacho” decía mi papá orgullosamente a sus cuates de domino. La verdad es que la tarea también me valía madre. El motivo de mi responsabilidad era la maestra Lucia. No le podía fallar, era mi inspiración. Cuando sonaba el timbre de la hora de la salida se paraba en la puerta del salón nos acomodaba la mochila y nos daba un beso en la mejilla. Y nos decía que nos cuidáramos, que nos portáramos bien y que hiciéramos la tarea, después salíamos como de rayo corriendo por el patio.

No recuerdo muy bien. Tal vez pasaron unos cuantos meses y nos avisó que se marchaba. Un escándalo de niños llorando se escuchó en el salón. ¿Cómo no nos iba a doler?. Si la maestra Lucia era a toda madre. La mejor maestra que podía existir. Me partió mi alma infantil.

Después vino una maestra que se llamaba o se llama Cristina, una obesa que no hacía más que mascar chicle y aventarle el borrador al wey que no pusiera atención. Siempre me ponía una regañizas tremendas porque me gustaba perderme en el espacio. Me sentaba junto a la ventana y me iba con mi vista en el horizonte. Me preguntaba cómo era el mundo de los adultos cuando los niños estaban en la escuela, soñaba que era adulto que conducía un tráiler enorme… y me iba a conocer países, gente, niñas. De repente. ¡! Chaz!! Un chingadazo en mi cabecita… el pinche borrador de la maestra cristina…”Niño pon atención, por eso eres un burro, por eso no aprendes”. La verdad es que yo no era burro ni tonto… era soñador…

Un día que la maestra Cristina no fue a clases, fue a cubrirla el maestro Eder, él era bien alivianado, era como el comodín, cuando faltaba un maestro el iba a suplantarlo, yo siempre pensé que tal vez ni era maestro porque él era diferente a todos, el vestía a la moda, usaba gafas oscuras, y llegaba al colegio en su moto con su chamarra de piel y toda la onda. Cuando llego al salón, todos los niñitos nos sentimos muy bien, todo el día nos contó muchos cuentos, y luego se puso a tocar la guitarra y nos enseñó unas canciones bien pendejas… “la hormiguita Chuk se fue a un agujero, ¿Qué sera de la Hormiguita Chuk? No sé, ¿Qué sera de la Hormiguita Chuk? No se…” Aún me acuerdo. Luego nos pidió que cerráramos los ojos y que hiciéramos nuestro propio cuento, que nos imagináramos con las personas que más queríamos, que soñáramos como queríamos ser en el futuro…

Yo me imagine en una Harley, como el maestro Eder, con mi greña bien larga, con mis gafas oscuras y atrás, abrazada a mi cintura, la maestra Lucia. Hasta sentí el aire chocando con mi cara, corriendo a toda velocidad en la carretera México – La felicidad.

…Cuando abrí los ojos ya habían pasado como veinte años, y estaba sentado frente a una botella de cerveza escuchando una rola de Creeddence.

Aquella mañana en mi moto con la maestra Lucia atrás, comprendí lo que quería hacer el resto de mi vida... Soñar, soñar y soñar…

Mi vocación de soñador no me permite usurparme.

Mi vocación de soñador no me deja mentir,

Mi vocación de soñador autoriza lo que escribo,

Mi vocación de soñador me ha traido hasta aquí,

Mi vocación de soñador me a dado unos cuantos amigos que aún preguntan por mi…

Y espero..., en verdad espero que:

Mi vocación de soñador me monte en una Harley Davidson con mi chica atrás viajando juntos a toda velocidad en la carretera México-La Felicidad, de la que nunca me debí orillarme a tomar una cerveza…


Klaudes.

6 comentarios:

Gab´S dijo...

AWW!! NO manches klaudezz! cais me haces llorar!!

maldito soñador!!!

abrón...awww!! la lágrimita...ahh..la lágrimita...ahhh...maldita maldición!!

Creo que a algunos a vces se les olvida que soñar es el principio de la realidad...!!

Tú muy bien..Sigue soñando...!!:)

Oskar Klaudes dijo...

Gracias por comentar, que bueno que te gusto!! saludos!

Anónimo dijo...

Siempre lo has sido, eso te va a llevar muy lejos.

Oskar Klaudes dijo...

Gracias por comentar. No se que tan lejos me lleve, digo, la felicidad esta muy lejos, la chingada también y por ahora ando en el punto intermedio de esa carretera.... no se a donde me lleve... ójala que en la Chingada tambén tengas cerveza y cigarros jeje, bueno como sea...
Saludos, gracias por comentar!!

Oskar Klaudes dijo...

perdon! quise decir "tengan" no "tengas"...

Anónimo dijo...

Te va a llevar a donde tu te dejes, eso no lo dudes, todo depende de ti...